domingo, 11 de octubre de 2009

Me decís que soy yo quien duda. Me lo dijiste en el momento en el que más seguro me sentía, en el que más contento y optimista estaba. Me lo decís y me hacés temblar. Porque lo que me decís es lo que me hace dudar. Pero, ¿no serás vos quien tiene dudas? Dejá de ponerme a prueba, dejá que yo siga mis impulsos. Pero me parás y sí...dudo. Y empiezo a pensar que eso es lo que vos querés: que dude. Y así, seguir en el mismo círculo estúpido que no nos lleva a ninguna parte.