jueves, 11 de febrero de 2010

Con el tiempo comprendí que solamente la persona que puede quererte con tus defectos, sin tratar de cambiarte, puede darte esa cuota de felicidad que buscás. Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos en realidad están contados. Con el tiempo, entendí que las palabras que pude decir en un momento de enojo pueden lastimar durante toda la vida al otro. Aprendí que disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar, requiere de un complicado proceso que todavía no conozco.
Con el tiempo comprendí que cuando herís a un amigo demasiado, es muy probable que esa amistad ya no vuelva a ser lo que era.
Comprendí que apurar las cosas o forzarlas a que pasen, va a hacer que al final no sean como yo las esperaba. Me dí cuenta de que en realidad lo mejor de todo eso no era el futuro, sino el momento que estaba viviendo justo ahí.
Con el tiempo uno ve que, aunque seas feliz con los que están a tu lado ahora, siempre vas a extrañar a los que ayer estaban con vos y te hicieron bien, y ahora se fueron.