sábado, 3 de octubre de 2009

Hay veces en las que todo y todos parecen complotarse contra uno, ya sea para hacerte sentir mal, o para hacerte una broma que puede parecerte de mal gusto. Y tambien parece que es poco probable que eso pase.
Bueno, en épocas como esta, nada es poco probable. Podés esperar cualquier cosa de cualquier persona, incluso de aquellas a las que más querés, incluso de aquellas a las que más idolatrás.
Siempre dije que es muy malo poner a alguien en un pedestal, haciéndolo intocable, dándole inmunidad ante cualquier cosa mala que pueda suceder a su alrededor. Sin embargo, lo hice. Y lo hago. Y ahora sí, es muy probable que ya no cambie en este aspecto. En este punto me parece una idiotez eso de que "de los errores se aprende", hay cosas que nunca van a darnos el gusto de cambiar, simple y sencillamente porque somos así, porque ya eso forma parte de nosotros mismos.
En lo personal no sé perdonar. Para mí el perdón es algo que sólamente dá Dios. Es algo que no estamos preparados para sentir, el "perdón" está mas allá de nosotros.
Por eso siempre digo que soy rencoroso, y que no sé perdonar: porque es verdad, no sé hacerlo, y no sé si esto sea bueno o malo, pero a veces, reflexionándolo, siento que no tengo ganas de aprender a perdonar...odiaría que se equivoquen de nuevo. Pero como a todos les pasa, también hay personas especiales, únicas, y yo las llamo "privilegiadas". No porque me considere a mí mismo IMPORTANTE, pero siento que siendo esa capacidad tan nula en mí, el hecho de poder dejar atrás algo jodido y seguir como si no hubiese pasado nada, es muy meritorio de mi parte.
Me pasó muchas veces que no supe qué hacer. Me pasó en las últimas 24 horas, de hecho. Y me agarran ataques de impotencia. Me paralizo. Me asusta no controlarlo todo. Cuando algo se me va, no sé reaccionar, pero sé que no voy a pedir ayuda, porque no me interesa la ayuda de nadie. Soy egoísta, soy orgulloso. Quizás esté mal, pero forma parte de mis reglas de sinceridad. Para mí las cosas son blancas o negras. Trato constantemente de apartarme de los grises, para no confundirme, pero se sabe que es imposible, y que las cosas a medio terminar siempre terminan apareciendo, y casi siempre se quedan por un tiempo largo a mi lado.